Pocos deportistas en la historia de Estados Unidos han alcanzado el nivel de fama y adoración que disfrutó Orenthal James Simpson, mejor conocido como O.J. Simpson. Su nombre era sinónimo de grandeza atlética, carisma y éxito, un rostro familiar que pasaba de la cancha de fútbol a los anuncios publicitarios de autos. Sin embargo, su brillante carrera y su estatus de celebridad se vieron irrevocablemente eclipsados por una serie de tragedias personales y batallas legales que lo convirtieron en una de las figuras más controvertidas del siglo.

Un ascenso meteórico: El héroe deportivo y la estrella de Hollywood
Nacido el 9 de julio de 1947 en San Francisco, California, O.J. Simpson mostró un talento atlético excepcional desde una edad temprana. Después de una exitosa carrera en la universidad en la Universidad del Sur de California (USC), donde ganó el prestigioso Trofeo Heisman en 1968, fue seleccionado como la primera elección general en el draft de la NFL de 1969 por los Buffalo Bills. Su impacto en el fútbol americano fue inmediato y profundo. En 1973, Simpson hizo historia al convertirse en el primer jugador en superar la marca de 2,000 yardas terrestres en una sola temporada, un logro monumental que consolidó su lugar entre los más grandes de todos los tiempos.

Pero la fama de Simpson no se limitó al campo de juego. Su personalidad afable y su aspecto físico lo convirtieron en un favorito de los medios. Se convirtió en la primera superestrella mediática afroamericana, asegurando lucrativos acuerdos de patrocinio con marcas como Hertz y protagonizando películas y programas de televisión. Su carrera como actor en films como The Towering Inferno y The Naked Gun le demostró al mundo su versatilidad, y su rol como comentarista en programas como Monday Night Football lo mantuvo en el ojo público mucho después de su retiro del deporte profesional.

El lado oscuro: Relaciones turbulentas y la tragedia
Detrás de la imagen pública de éxito y carisma, la vida personal de O.J. Simpson era un torbellino de drama y violencia. Su primer matrimonio con Marguerite Whitley en 1967, con quien tuvo tres hijos, se desmoronó bajo el peso de la infidelidad y las tensiones. Su relación con Nicole Brown, a quien conoció en 1977, marcó el inicio de un capítulo mucho más oscuro.

Nicole y O.J. se casaron en 1985 y tuvieron dos hijos, Sydney y Justin. Sin embargo, su matrimonio estuvo marcado por episodios de abuso. Los registros policiales y las cintas de llamadas al 911 revelaron la cruda realidad de una relación volátil. En 1989, Simpson se declaró culpable de un cargo de agresión conyugal, un hecho que pasó en gran medida desapercibido en ese momento, pero que se volvería central años más tarde.

A pesar de los intentos de reconciliación después de su divorcio en 1992, la relación siguió siendo tóxica y peligrosa. Amigos cercanos, como Kris Jenner, describieron el control que Simpson ejercía sobre Nicole. El 12 de junio de 1994, la vida de Nicole Brown Simpson y su amigo, Ron Goldman, fue brutalmente arrebatada. La escena del crimen fue espantosa; ambos fueron encontrados muertos a puñaladas en la casa de Nicole en Brentwood, California.

El “Juicio del Siglo” y el veredicto que dividió a una nación
Lo que siguió fue un espectáculo mediático que paralizó a la nación. Días después del doble asesinato, O.J. Simpson se convirtió en el principal sospechoso. La persecución policial a baja velocidad de la Ford Bronco blanca conducida por su amigo, Al Cowlings, fue transmitida en vivo por televisión, cautivando a 95 millones de espectadores.

El juicio criminal, que duró 11 meses, se convirtió en una batalla legal sin precedentes. La defensa de Simpson, apodada el “Dream Team” (equipo de ensueño), incluía a abogados de renombre como Johnny Cochran y Robert Shapiro. A pesar de las pruebas incriminatorias, como las manchas de sangre y el famoso guante que no le quedaba, el 3 de octubre de 1995, el jurado entregó un veredicto de “no culpable”.

La absolución de Simpson causó un impacto sísmico en todo el país. La reacción estuvo profundamente dividida por líneas raciales, con muchos afroamericanos celebrando el veredicto como una victoria contra la discriminación policial, mientras que la mayoría de los estadounidenses blancos consideraron que la justicia no se había servido.

La lucha por la justicia: El juicio civil y las secuelas financieras
A pesar de su absolución en el caso penal, los problemas legales de Simpson estaban lejos de terminar. En 1997, el padre de Ron Goldman, Fred Goldman, y la familia de Nicole presentaron una demanda civil por homicidio culposo. En un juicio civil, el estándar de prueba es menor, y un jurado de Santa Mónica lo encontró responsable de la muerte de Nicole Brown y Ron Goldman, ordenándole pagar la asombrosa suma de 33.5 millones de dólares en concepto de daños.

Este veredicto significó la ruina financiera para Simpson. Se vio obligado a subastar sus bienes, incluido su Trofeo Heisman. La familia Goldman ganó los derechos de su controversial libro If I Did It (Si lo hubiera hecho), y lo republicaron con el subtítulo Confesiones del asesino, un movimiento que aseguraba que Simpson nunca se beneficiaría económicamente de su historia.

A pesar de que el juicio civil y la orden de pago eran una clara señal de la opinión pública, la vida de Simpson siguió siendo una serie de incidentes con la ley, incluyendo arrestos por altercados de tráfico, posesión de drogas y otros delitos menores que lo persiguieron durante años.

El último acto: El robo de Las Vegas y el regreso a la libertad
En un giro del destino, un nuevo delito fue el que finalmente lo llevó a prisión. En 2007, Simpson fue arrestado en Las Vegas por liderar un grupo de hombres que robaron objetos de memorabilia deportiva a punta de pistola de un coleccionista de recuerdos. Simpson argumentó que solo estaba recuperando objetos que le habían sido robados, pero un jurado lo encontró culpable de 12 cargos, incluyendo asalto a mano armada y secuestro. Fue sentenciado a 33 años de prisión.

El 1 de octubre de 2017, después de servir casi nueve años en el Centro Correccional de Lovelock en Nevada, O.J. Simpson fue puesto en libertad condicional. La Junta de Libertad Condicional citó su “buena conducta” en la cárcel como la razón principal de su liberación. En 2021, la misma junta le otorgó la libertad de condicional anticipada, lo que le permitió volver a ser un hombre completamente libre.

La historia de O.J. Simpson es una de las más fascinantes y trágicas de la cultura popular. Su legado, que alguna vez fue un faro de éxito y carisma, ahora está indeleblemente ligado a la controversia, la violencia y una de las batallas legales más dramáticas de la historia. Es un relato de un hombre que lo tuvo todo, pero que terminó perdiéndolo en un torbellino de decisiones fatales y escándalos que lo persiguieron hasta el final de su vida pública.