Eustace Conway es más que una estrella de Mountain Men; es un ícono de la contracultura, un hombre que dejó la civilización a los 17 años para vivir en un tipi y construir su propia versión del Edén. Su Turtle Island Preserve en las montañas Blue Ridge de Carolina del Norte se convirtió en un santuario para aquellos que buscaban una vida “simplemente real”. Sin embargo, su viaje de 30 años se ha visto sacudido por tragedias y controversias que desafiaron todo lo que representaba, exponiendo la delgada línea entre su visión primitiva y la dura realidad del mundo moderno.

La leyenda construida en el desierto
El camino de Eustace Conway hacia la fama es tan audaz como inverosímil. Nacido en 1961 en una familia de educadores, eligió la naturaleza como su verdadera aula. A los 17 años se fue de casa, vivió en un tipi, caminó todo el Sendero de los Apalaches y se embarcó en una cabalgata de 103 días a través de Estados Unidos. Aunque los registros históricos cuestionan su reclamo de récord, su determinación era innegable.

En 1987, fundó Turtle Island Preserve, un santuario de casi 1,000 acres dedicado a enseñar habilidades primitivas. Su filosofía era despojar la vida de sus elementos esenciales (comida, agua, refugio, ropa) para que las personas pudieran reconectarse con la naturaleza. Él era un “showman” y un comunicador brillante, y sabía que su imagen de hombre salvaje con pieles de ante era lo que la gente esperaba, una “actuación” necesaria, dijo una vez, para transmitir su mensaje.

Su vida se convirtió en el centro de Mountain Men en 2012, un programa que le ayudó a mantener a flote Turtle Island. Su vida era una constante lucha por la supervivencia y la autenticidad, una batalla que se volvió trágicamente real.

El golpe de la fatalidad y el final de una era
El corazón de Turtle Island no era solo Eustace, sino su mejor amigo y compañero de aventuras de 35 años, Preston Roberts. Preston, un ex profesor de arte, fue el cofundador de la reserva y una figura paternal para muchos estudiantes.

Trágicamente, Preston Roberts falleció el 24 de julio de 2017, a los 60 años, debido a las complicaciones de un tumor hepático inoperable. La enfermedad fue tan agresiva que le quitó la vida en solo tres semanas. Su muerte fue un golpe devastador para Eustace, quien lo describió como “lo mejor que he tenido” y un hombre de una “bondad y talento humildes insuperables”. La comunidad de Mountain Men y los fans se unieron en un esfuerzo de GoFundMe, recaudando más de $110,000 para ayudar a la familia de Preston.

La pérdida de Preston dejó un “abismo”, como dijo Eustace, en el rancho. Su presencia, su artesanía y su calma eran una parte integral de la vida en la reserva. Para Eustace, fue un recordatorio brutal de que algunas pérdidas no se pueden prevenir con un hacha o un rifle.

La controversia legal: El accidente y el cierre de Turtle Island
La vida de Eustace se vio marcada por el escrutinio legal mucho antes de la muerte de Preston, comenzando con un terrible accidente que manchó la reputación de la reserva.

1. La Estudiante Ciega: En agosto de 2005, Kimberly Baker, una visitante de un retiro, fue golpeada en el ojo por una piedra lanzada con una honda por un miembro del personal de Conway. El accidente dejó a Baker ciega de su ojo derecho. El incidente resultó en demandas y un acuerdo mediado de $75,000 que Eustace tardó años en pagar. La batalla legal coincidió con el inicio de Mountain Men, lo que atrajo una atención no deseada sobre la seguridad de su santuario.

2. La Guerra de Códigos de Construcción: En 2012, la reserva fue declarada insegura y ordenada a cerrar por funcionarios del condado, quienes citaron docenas de violaciones de los códigos de construcción y salud. Las estructuras de Eustace, construidas con materiales naturales y sin permisos, no cumplían con los estándares modernos. Esto inició una guerra legal entre la visión primitiva de Eustace y la burocracia.

3. El Rescate de la Legislatura: El clamor del público y el argumento de que el gobierno estaba atacando el estilo de vida de un hombre llevaron a la Asamblea General de Carolina del Norte a intervenir. En junio de 2013, el gobernador firmó una ley que eximía a las estructuras primitivas y granjas de los códigos de construcción estrictos, salvando legalmente a Turtle Island.

El alto precio de la autenticidad
La vida de Eustace Conway es un poderoso testimonio de que el precio de vivir con autenticidad es alto. Hoy, la reserva sigue abierta, aunque adaptada a regañadientes a las nuevas realidades. Eustace todavía predica la necesidad de “hundir los pies en la realidad”, aunque su enfoque ha evolucionado para enseñar la sostenibilidad en lugar de solo la vida primitiva, construyendo un sistema hidroeléctrico para generar electricidad sin dañar el medio ambiente.

Las tragedias personales y las luchas legales han dejado cicatrices, pero Eustace sigue en la reserva, un hombre que demostró que el verdadero espíritu de la frontera es la capacidad de sobrevivir no solo a la naturaleza, sino también al sistema y al dolor personal.